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Internacional

Teniente de la Policía en Ecuador confesó haber asesinado a su esposa

Tras la barra de un bar en un hostal de las playas de Palomino, Colombia, se encontraba Cáceres, allí las autoridades adelantaron la captura y lo expulsaron hacia el vecino país donde lo esperaba un proceso judicial para que responda por el feminicidio de la mujer que lo amaba y a quien le arrebató la vida sin contemplación alguna.

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Fue el pasado 11 de septiembre cuando Ecuador se conmocionó ante el terrible caso de desaparición de la abogada María Bernal, el principal sospechoso y hoy confeso asesino, su esposo Germán Cáceres, teniente de la Policía, fue quien reportó dos días después el hecho.

Las inconsistencias en su declaración hicieron que las autoridades fijaran sus ojos en él. María había ingresado a la Escuela Superior de Policía al norte de Quito para encontrarse con Germán, sin imaginar el brutal ataque que sufriría en el lugar y terminaría por darle fin a su existencia.

Casi 12 días después su cuerpo fue hallado cerca de la mencionada escuela y se determinó que la causa de la muerte fue estrangulamiento y asfixia. Su esposo, luego de rendir la respectiva declaración huyó y solo se logró su captura hasta el pasado 30 de diciembre en La Guajira, Colombia.

Tras la barra de un bar en un hostal de las playas de Palomino se encontraba Cáceres, allí las autoridades adelantaron la captura y lo expulsaron hacia el vecino país donde lo esperaba un proceso judicial para que responda por el feminicidio de la mujer que lo amaba y a quien le arrebató la vida sin contemplación alguna.

Germán llegó a Quito el 3 de enero, donde la mamá de María lo esperaba con una pregunta que le desgarra el alma “¿por qué mató a mi hija?”, sin embargo, no le permitieron acercarse al feminicida, quien en una audiencia llevada a cabo el pasado 12 de enero, confesó que la estranguló.

Afirmó que esa madrugada había bebido. En medio de una violenta discusión, dijo haber golpeado a su esposa y luego «le hizo una llave y le tapó la boca». Cáceres aseguró que mantuvo el cuerpo de Bernal en su habitación dentro de la escuela de formación hasta el día siguiente. Durante la madrugada del 12 de septiembre, subió el cuerpo a su auto sin ayuda y lo sepultó en el cerro Casitagua, cerca de la instalación policial.

La madre de Bernal conoció la versión de Cáceres cuando sus abogados abandonaron la sesión. «Tengo el corazón destrozado, sin saber qué hacer, sin saber a dónde correr», dijo al portal BBC Mundo en una llamada telefónica.